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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un chiste



- ¡Alberto, te has vuelto a olvidar otra vez! 
- ¿De qué, Rocío? 
- ¡Hoy cumplimos 5 años de casados! 
- Pe… pe… pero, ¿cómo me voy a olvidar de eso? 
- Quiero que me lleves a cenar, a ver un buen espectáculo y a bailar. 
- ¡Justamente era eso lo que había pensado! 
- Está bien ¡Quiero que me lleves a la Herradura! 
- ¿Quéee? ¿Estás loca? ¡Eso es un antro! 
- ¡Alberto! Quiero que me lleves ahí porque quiero conocerlo! 
Y fueron… Apenas llegaron, el aparcacoches dijo: 
- Buenas, ¿Cómo le va caballero? Me alegro de verlo de nuevo. 
La mujer saltó sorprendida: 
- ¿Qué dice éste? Ha dicho que se alegraba de verte de nuevo. ¿Has estado tú aquí? 
- ¿Yo, pero estás loca, en este antro? Los porteros le dicen a todos lo mismo. Estos lugares son así. 
Llegaron ante el portero… 
- Señor Vega… ¡Qué alegría! 
- Te ha dicho Señor Vega… ¡Este te conoce! 
- Eh?… Cómo no me va a conocer, si trabaja en el edificio de mi oficina. Es el electricista del edificio. 
Ya dentro, los recibió Alex, el gerente: 
- ¿Cómo está Ingeniero Vega? La mejor mesa, como siempre, ¿Verdad? 
- ¿Este también es electricista en tu oficina, Alberto? ¡Te voy a matar! 
- No… eh… no, este señor me conoce porque es el que me vendió el monovolumen que te regalé… 
- Alberto me estás… 
En ese momento apareció la vendedora de cigarrillos: 
- ¡Mi Reeeeey! ¿Te doy tu Cohiba?… 
La cigarrera se puso el habano entre los pechos… 

- Mete la manita, mi amor, y saca tu habanito. 
Rocío estaba a punto de matar a su marido cuando se apagaron las luces. Por fin se sentaron y empezó el espectáculo. Apareció una mujer espectacular que empezó a hacer un striptease. Y cuando se quedó sólo con la tanga se acercó a la mesa de Alberto y, muy sensualmente, preguntó a toda la concurrencia: 
- Y ahora… ¿quieeeeen me va a quitar el tanguitaaaaa? 
Todos los presentes cantaron a coro: 
- Se ve, se siente, Alberto con los dientes! Se ve, se siente, Alberto con los dientes! 
Rocio no aguantó más. Salió corriendo y se metió en un taxi. Alberto la siguió y también entró en el vehículo. La mujer empezó a pegarle y a tratar de tirarlo por la puerta. 
- ¡Eres el hijo de puta más grande que he visto! 
Rocio se quitó un zapato e, histérica, comenzó a pegarle en la cabeza y a gritarle las puteadas mas feas que se sabía. El taxista se dio la vuelta y dijo: 
- Mire que hemos llevado putas locas , Don Alberto… ¡Pero como esta ninguna!!

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La Pasion del Deseo